Buenas,
este viernes pasado fui de Montería a la zona del Alto
Tajo. Lugar precioso, gente amable,
buenos cazadores y compañeros y un frio de los de catarro asegurado.
Hoy quería alertar y poner un ejemplo vivido en carnes
propias de lo que no se debe hacer jamás en una montería. Mira que te lo dicen una y otra vez, mira que
estará escrito en mil panfletos, mira que es conocimiento popular, pero luego
te encuentras con estas situaciones...
Una vez hecho el sorteo y formadas las armadas, me junto con
mi vecino de puesto (acompañado por su mujer) y vamos juntos en mi coche,
siguiendo al postor a nuestros puestos.
Dejamos el coche y emprendemos la subida a nuestros puestos,
el postor, como mandan los cánones, va indicando a cada montero su puesto, de
donde vendrán las reses, su área de disparo, donde están los otros monteros y
nos va ubicando a cada cazador.
Hacia las 11.30, estamos todos colocados, y hasta ese
momento, todo normal y "de acuerdo al manual". Nos saludamos para tenernos ubicados y
comienza la jornada. La armada está
ubicada en una zona de traviesa en medio de la mancha (mancha amplia) y la
armada está ubicada casi en una línea perfecta, de manera que podemos tirar en
cualquier sentido salvo en la dirección de los puestos vecinos.
Hacia las 12.30, empieza a verse movimiento con las ladras
de los perros a lo lejos. Lo normal es
asumir una circunferencia de unos 10 metros de radio alrededor de la marca del
puesto, y movernos en ese área. Observo a mis vecinos y el de más
arriba, no se ha movido prácticamente, pero observo con sorpresa, luego cabreo
y después "terror" como mi vecino de puesto, se ha adelantado casi 50
metros de su puesto. Su mujer permanece
en el puesto original. Le oigo disparar
al pasar una cierva, un disparo. A los
pocos segundos, otro disparo, observo para ver dónde está y ya no lo veo... un
tercer disparo... veo con horror como la
mujer comienza a andar en la dirección en la que había visto al
"cazador"... y continua andando adentrándose en la mancha (ella
vestida de verde y sin distintivos naranjas)... un cuarto disparo. No los veo, a los pocos segundos aparecen
tras verlos subir un barranco....
El caso, es que a este "compañero" le veo
adelantar finalmente su puesto unos 100 metros de su puesto original, ya que se
ve que tenía mejor tiradero (tócate las narices!).
Después de un cabreo monumental, decido tener la máxima precaución
y sacar todos los distintivos naranjas que llevo en el macuto para señalar mi
ubicación (para mí que salgo en la foto del meteosat) y obviar completamente la
mitad de mi tiradero, ya que me resulta aterrador encarar mi arma en la
dirección donde se ha adelantado el otro "pseudo montero".
Casi al final de la jornada, me entra una cierva joven,
pequeña, aun torpe... la tengo perfectamente encarada y en la X del visor, pero
decido dejarla pasar, pensando, ya crecerás y nos veremos en ese momento, pero
no es hoy, no pequeña... Mi pasión es la
caza, no el matar por matar. Es entonces
cuando oigo PUMM justo debajo mío... el gran cazador ha abatido a la jovencísima
cierva... Mi cabreo ya se junta con
amargura por ver lo cerca que tengo a uno de esos idiotas que nos hacen parecer
a todos los amantes de la naturaleza y la caza, asesinos sin corazón.
Al llegar mi postor, le relato lo acontecido y pone cara de póker. Bajamos al puesto y educadamente y con una
medio sonrisa, le expongo al "cazador" que no se debe salir del
puesto salvo en caso de riesgo para otro cazador, propio o de los perros. Que no se adelanta el puesto porque aquí
tengo mejores vistas, me da el sol, o no me da el viento. Que no se remata de un disparo a una
cierva...
El caso, el "cazador" se adentra a ver sus piezas
y me informa que una de las ciervas era enorme, que ha necesitado dispararle
hasta cuatro veces (a unos 30 metros el primer disparo)....
Al llegar al punto de encuentro, informo a los miembros de
la junta de los hechos y espero tomen medidas oportunas.
Esta gente se juega la vida, estropea los días de caza de
los demás demostrando ignorancia y egoísmo y dan un mal nombre y pésima reputación
a los amantes del campo, la naturaleza y la caza.
Una pena. Sabía que había
gente así, pero no lo había visto en primera persona.
La gente no parece ser consciente del peligro que suponen las municiones de un rifle y del enorme cuidado que hay que tener con su manejo respecto de los demás y de si mismo.
ResponderEliminar¡Que tengas mejor suerte en la próxima!!
Me da mucha rabia encontrarme escopeteros insensatos que se juegan la vida y te fastidian un dia agradable... y matan por matar...
EliminarUn abrazo Antonio!