El Sábado estaba en mi armería de confianza (más que de
confianza, es estar entre amigos), es la armería San Huberto, en la calle
Covarrubias en Madrid.
Apareció un cliente para pedir presupuesto para reparar una
Sarasqueta. De un vistazo el armero le
dijo, cañones abollados, uno de ellos con muy mala pinta, por exceso de presión
en el cañón, habría que cortar el cañón y rehacerlo, dos abolladuras fuertes,
por golpes en el cañon que se traspasaban hacia el interior.
Puntos de roña profundos que habían atravesado la parte
exterior del cañón, cañones rallados por dentro, solista des-soldada...
Culata rajada madres ralladas....
La escopeta no era expulsora y estaba francamente
destrozada. Resultado, la escopeta ha
muerto y no merece la pena ni empezar a repararla... su destino? Chatarra...
Triste ver un buen arma morir por abandono....
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