Una jornada de caza siempre es un disfrute para un cazador, pero a veces, nos encontramos con trúhanes, caraduras y/o mangantes que hacen que nos quede un mal sabor de boca. Hoy por desgracia, mi entrada es el relato de este pasado sábado en una jornada de descaste de conejo.
Como ya he comentado en otras ocasiones, un descaste de conejo, es una actividad a veces necesaria para evitar o bien daños a la agricultura, o una emergencia para los propios conejos, tremendamente vulnerables a virus y enfermedades.
Este sábado había cerrado una jornada de caza en Loeches a la que acudiríamos 4 amigos: Gonzalo, Ignacio, Jesus y yo. Cargados de ilusiones quedamos a las 05:45 de la mañana para acudir a la cita con el orgánico en una gasolinera próxima al coto donde realizar el descaste de conejo. Nos recibe el que se identifica como el hijo de la persona que la que había hablado por teléfono y nos cobra por adelantado... esto es un gesto de que da mala espina tratándose de caza menor, donde habitualmente, se cobra una vez finalizada la jornada cinegética.
Llegando al coto, veo que aunque hay conejo, tampoco se ve ninguna exageración de número de animales... Aparcamos los coches, cargamos las canananas hasta los topes, montamos los aperos y las perchas y empezamos la "mano" los 4, separados unos 20 metros formando una línea para peinar el campo. Son las 07.00 am...
Extraño, no solo no vemos conejos, si no que no hay movimiento. Nos habían advertido que están preparando la paloma, y que ni las apuntemos... seguimos el paseo... se ve muchísima madriguera, pero no se ven "orejas"... cambiamos de ruta buscando algún regato... nada....
Bajamos hasta el otro borde del coto y vemos algún conejo en la distancia, pero se emboca a unos 100-150 metros... pero se ven pocos. Dos disparos largos sin suerte...
Encontramos un regato con mucha madriguera, pero tiene telaraña... mala señal.... otros 4 disparos a conejos a gran distancia... y continuamos el paseo...
A las 09.30 decidimos cortar el "descaste"... hemos disparado entre 4 cazadores, unos 12 cartuchos, y todos ellos, a primera hora, pero viendo el percal, hemos abandonado la actividad. Este coto esta abrasado y no está para descastar, está más bien para repoblar!
A la vuelta al coche, están esperando los dos chavales que nos han cobrado. Nos preguntan qué tal? y yo contesto, la verdad es que mal muy mal. No me creo que podáis tener permiso para descaste porque o bien ha habido mucho conejo y por enfermedad ya no hay o bien esta finca esta abrasada de haber realizado ya alguna acción de descaste y os habéis pasado varias veces de rosca. Me contesta que hay mucho conejo pero que se embocan muy fácilmente... Esto a veces pasa, pero pasa cuando una zona esté muy muy cazada y hay poca densidad.
No es cuestión de discutir, pero vender un descaste y luego realizar 12 disparos entre 4, y haber visto entre todos unos 15 conejos, me parece una tomadura de pelo absoluta. Me gustaría pensar que medioambiente revisa la actividad cinegética en esta finca y a esta orgánica. Me gustaría pensar que si hace falta un descaste, se autoriza y si no hace falta, se deniega y que de haberse denegado, se vigila que no se reviente el campo.
Un cazador es, antes de nada, un amante de la naturaleza y no un "escopetero". Descaste si, cuando es necesario. Esta acción de estos "caballeros", me parece un timo y un robo. El problema de estas cosas, es que engañan una vez y no dos al mismo, pero lo que es más grave, es que esta gente se dedica a abrasar campos.... y los animales no tienen la culpa de la extrema caradura de algunos personajes. Estos, si merecen ser descastados y apartados de la gestión y actividad cinegética....
Eso sí, luego en lugar de multar a estos, luego multan a la gente que tiene la licencia caducada por un día...