Este sábado tenia programada una mañana de perdices en la sierra de Madrid. Son días de caza clásica, tranquila, de esfuerzo y sudor, donde el peso de la percha importa poco, lo que importa es el contacto con el campo, la belleza de cada escondrijo que nos regala, en este caso, la sierra de Madrid.
Este sábado, se daban dos circunstancias nuevas, la primera, la compañía de mi hija mayor de casi 11 añazos, Inés. Lo cierto es que faltaba mi hija Cecilia, que es tan inportante como Ines y ojalantambien quiera acompañarme un dia no muy lejano. Me había pedido ella venir conmigo, y la verdad, es que me dejo de una piedra al pedirmelo. Estaba nerviosa desde primera hora y de hecho, madrugó mas que yo... Una de esas alegrias de la vida...
La segunda novedad, era la munición que este sábado tuve la enorme suerte de probar, unos cartuchos marca Remington Express Long Range y Remington ShurShot Field Load, ambos en 6ª. La presentación de ambos cartuchos es soberbia, siendo el segundo de un atractivo singular al tener la parte central alrededor del pistón en plástico del mismo color que el del cartucho. Por apariencia, se nota que son cartuchos de altísima gama.
De aspecto espectacular
La sorpresa
Nos pusimos en marcha a las 8 y a las 8.30 estábamos puntuales en el bar donde nos dan la oportuna acreditación para poder caza; sendos café con leche y cola-cao para cada uno, nos ponemos rumbo al coto. Inés me va preguntando sobre los animales a cazar, que hay que hacer, que no hacer... La mañana es esplendida, aunque hay bastante rocío y el campo estará muy húmedo. Lleva el calzado adecuado, así que no debería ser un problema.
Nada mas aparcar el coche, ya en el cazadero, desenfundo el arma, en este caso, mi fiel Ugartechea con el cañón derecho en *** (que realmente son casi 4) y en el izquierdo **, que realmente es * y muy cerrada. Después de darle una serie de consejos básicos a mi hija, le calzo unos cascos protectores y le explico, que debe caminar siempre detrás mio, muy atenta a por donde pisa, sin hacer ruido y con las manos fuera de los bolsillos (para evitar males mayores en caso de resbalón).
Cargo en el cañón derecho, un Shurshot Field, y el e izquierdo (cerrado), un Express Long Range. Por lo que he investigado, este último cartucho permite disparos a gran distancia, y lo suyo es juntar las cualidades del cañón con las del cartucho para sacar el mejor rendimiento de ambos.
Realizo dos disparos de prueba, uno con cada caño. El derecho sorprende, son 36 gramos, no es un patadón (recordemos que estoy tirando con una paralela que no maquilla para nada las reacciones), es suave, hasta progresivo para lo que son 36 gramos. El plomeo en la madera a la que disparo es homogéneo, y a 25 metros no deja huecos, abre un circulo del tamaño de una paella. La salida del cartucho es limpia y sin humos.
Disparo el izquierdo, esta vez a unos 30 metros largos. Este sacude un latigazo importante, aunque también es progresivo. No es como otros cartuchos de bajo coste, donde parece que a uno le ha dado una coz un burro encabritado y salen humos blancos y fogonazo por la boca del cañón. Me acerco a la madera y me quedo tremendamente sorprendido, son casi 35 metros y el disparo no ha abierto mas de lo que abarca un plato de taza de café... diámetro, 15 centímetros... No puede ser... Me alejo unos 60 pasos largos, vuelvo a disparar sobre la madera... el radio es de unos 35 centímetros... Espectacular! Plomeo uniforme, sin huecos notables.
Parece increíble la capacidad de este cartucho de mantener una agrupación tan cerrada durante tantos metros... ahora la disculpa es ser capaz de correr la mano y calcular cuanto adelantar a tantísima distancia... Normalmente, a mas de 40 metros, los disparos suelen ser error de calculo o la ambición desmesurada mezclado con las ganas de abatir una pieza... pero con este cartucho, sinceramente, esos lances ya no serán suerte, aquí el cartucho juega un enorme papel, y sinceramente, a mi me ha dejado casi sin palabras.
Con estas sensaciones, llevar la mejor de las compañías y cartuchos "alcanzatodo", comenzamos nuestra caminata, sin perro, de oído y de observación....
Aunque intuíamos cierto movimiento, no veaimos vuelos largos de ningún ave. El ambiente era casi mágico, el aire que respirábamos era fresco, intenso, verde... las gotas de rocío hacían que la hierba y los arbustos brillasen como si estuviesen decorados con pequeños cristales...
Avanzamos paso a paso en procesión silenciosa... yo buscando el mejor de los recorridos y vigilando por el rabillo del ojo a Inés... en estas jornadas, hay que evitar los senderos (cazador de sendero, ni conejero, ni perdiguero)... A lo lejos, comenzamos a oír el canto de una perdiz... yo le hacia gestos a Inés, y poco a poco, sigilosamente, nos vamos acercando... otro canto... mas a la derecha, cuidado con esa rama que puede crujir, parece que esta en esa pequeña vaguada... otro paso mas... nervios controlados... y allí, reluciente, majestuosa... allí luce la reina del campo, la maravillosa perdiz... le señalo a Ines el lugar, es una estampa única... la belleza de una perdiz con su maravilloso plumaje, en el contraste de una mañana como esta, verde rabiosa, rociera... no podía haber cuadro mejor que este...
Apunto y espero... veo que se mueve pero no rompe el vuelo... se oculta tras un arbusto, y de pronto, rompe ese aleteo que recuerda al arranque de un motor a reacción... Disparo el cañón derecho adelantando el tiro unos 30 cms... justo la perdiz pasa por entre unas ramas, y la veo desplumarse y caer a peso muerto.... Bajo el arma y nos acercamos a cobrar tan preciada pieza. Inmóvil, bella, yace en el suelo perfectamente recogida en un ovillo... La cojo con cuidado y observo a Inés que la mira con cara de sorpresa... La cuelgo de la cincha y veo que Inés no puede apartar la vista... Me pregunta finalmente, ¿ha sufrido? Unos segundos de silencio... no hija, ha sido instantáneo... La buena caza es aquella que nos permite abatir la pieza con el mínimo sufrimiento posible.
Pateamos una y otra vez... altos, colinas y vaguadas, no hay movimiento, de vez en cuando se oye alguna cantar, pero no lo suficiente para poder localizar bien el origen... Varios Rabilargos nos hacen mas llevadero el camino, saltando de árbol en árbol... Inés pregunta, Papa, a esos no los cazas? La respuesta, a esos no, son especie protegida. Le explico que no todas las especies se pueden cazar y algunas, están protegidas porque quedan poquitas. Inés me responde que le parecen mas bonitas las perdices y que debieran de protegerlas... Le contesto que hay que cuidarlas, y de todos depende que un día no estén en peligro de extinción.
Poco después, sale una torcaz bastante larga, apunto y casi me regodeo en el apuntar mientras la veo alejarse... disparo con el caño izquierdo (gatillo trasero de mi Ugartechea), cae fulminada. Un disparo facilón porque se alejaba de mi en linea recta, pero muy largo, 40+ metros... Desgraciadamente, no conseguimos cobrar la Torcaz, ha caído en una maraña espesa y no podemos acceder...
Al final de la mañana y con un sol impropio de noviembre, llega el lance final, una patirroja que he visto bajar al río muy a lo lejos, sigue allí esperándonos. Inés me da señales de estar cansada, pero aguanta el tipo sin decir nada... nada mas acercarnos a los arbustos bajos, sale disparada y cae fulminada de un disparo a 30 metros cruzado de derechas a izquierdas... De esos disparos instintivos, disparar con los dos ojos abiertos, encare "automático"...
Ugartechea, cartuchos de un tipo y otro, las vainas y las patirrojas
Conclusión, la compañía hizo de esta jornada un recuerdo imborrable, seguramente para los dos.
Caras de satisfacción después de una jornada preciosa en la mejor de las compañías.
En cuanto a la munición: es muy cara comparando con cargas similares en otras marcas, pero confieso que me quede muy muy sorprendido. Para jornadas de caza donde el numero de disparos es bajo y hace falta afinar mucho cada disparo, creo que esta munición marca una diferencia mas que notable.
En general me gustan casi todas las marcas de munición (con alguna non-grata excepción), pero en este caso y a pesar del precio, creo que esta munición, sobre todo el Express Long Range, es muy diferente y se nota. En muchas ocasiones, distinguir la calidad de unos cartuchos de 6 euros la caja a otros de 9 euros la caja es francamente complicado. Aquí, hablamos de palabras mayores, y si no lo hubiese probado yo, no podría ser así de "definitivo".
Son de aspecto muy atractivo, transmiten sensación de progresividad en el disparo, de plomeo uniforme, y las Express, permiten disparos condenandamente largos.... de esos que hay que guiñar el ojo y afinar....
Son caros, pero donde llegan estos plomos, no llegan muchos otros... Personalmente, para jornadas de poco tiro, donde cada disparo es una oportunidad, y hay pocas oportunidades, creo que estos, a dia de hoy son un firme candidato a ir alojados en mi recámara y en mi canana.