jueves, 25 de febrero de 2016

La superstición y la caza

El otro día, en el momento de "la lotería" del sorteo de puestos, momento de nervios contenidos donde todos deseamos ese puesto especial de la montería, comentaba con Raul e Ian, la relación entre superstición y la caza.

Después de mucho observar, me doy cuenta que muchos cazadores, sobre todo en la caza mayor, son (o somos) tremendamente supersticiosos.  Desde ponerse determinados calcetines, cargar el rifle de determinada manera, hacer algún gesto al llegar al puesto, hasta echar un rezo....  A la hora de recoger el sobre del puesto, no escoger el de abajo, o el de arriba, o el de la izquierda, o el de la derecha....

Curioso como cada uno tiene sus "manías" y los muchos, decimos que no es superstición, es costumbre...  Todos tenemos algún ritual, en mi caso, para no olvidarme nada la mañana de caza, preparo todo la vispera y compruebo varias veces que está todo en orden.
Soy particularmente maniático con llevar el arma limpia, y suelo comprobar que llevo munición varias veces al salir de casa, en el ascensor, en el maletero del coche, al llegar a la junta....  (comprendo que es de locos, pero es mi manera de rebajar tensión!).
También verifico varias veces que tengo la documentación, el permiso, las guias, las licencias de caza, el comprobante del seguro.... y siempre guardado en el mismo bolsillo.  Esto lo aprendí de mi abuelo: "Un sitio para cada cosa, y cada cosa en su sitio".
Otra manía es llevar siempre agua.  De hecho mis amigos Ian e Ignacio se suelen reír bastante porque parece que me estoy preparando para ir al Sahara...
Reconozco que alguna vez he hecho eso de "tocar madera" al llegar al puesto.... pero rara vez.
Curioso como todos, nada mas recoger el puesto, preguntamos: "¿qué tal es el puesto?"... el ritual dicta que normalmente te respondan aquello de "este puesto es buenísimo, el año pasado el que estaba en ese, mato un montón de bichos"... cuando sin embargo te responden eso de, bueno... ese puesto no sé... malooooo..... aunque nunca se sabe, a veces un puesto de esos "normalitos" te da la montería de tu vida...

Lo que también resulta chocante, es que todos tenemos nuestras manías, incluso supersticiones, pero cuesta reconocerlas.  Hablando hablando, cada uno va confesando, y de la primera parte de la conversación a la ultima, parece que somos otras personas... y muchos, maniáticos y los otros, supersticiosos...


miércoles, 24 de febrero de 2016

La familia y la caza. Carta de agradecimiento.

Llega el final de la temporada y toca hacer balance de la misma.  Repasando mis notas, me doy cuenta que hay un elemento que los cazadores nunca comentamos, o lo hacemos en tono de broma.

El elemento familiar.

En mi caso, tengo la suerte de tener una familia joven compuesta por mis tres hijas: Inés de casi 12 años, Cecilia de casi 9 años y Carmencita que aun no ha cumplido los 2 y mi mujer, Carmen.

En los distintos foros de cazadores, la familia aparece como un limitante.  He oído de todo, desde "la prole", "la maquina de reñir", "la directora de operaciones de casa", "la conductora de escobas"...   Pero también he oído "mi media naranja", "mis rayones", "mi perdiz"...

Algunas realidades...

  • La caza consume mucho tiempo, y normalmente coincide con el tiempo "de familia", sábados o domingos.
  • Es una autentica pasión: no es una afición (al menos para mi).  Al ser una pasión, nos hace volvernos irracionales y la posibilidad de perder un gran evento cinegético es poco mas o menos comparable a la sensación de tirar un boleto de lotería premiado o que nos corten una mano.... cuesta ceder.
  • La caza tiene un coste económico elevado.  No solo el coste de las cacerías (al haber mucha oferta, también hay mucha gama de precios), las armas, la ropa, la munición, los costes de desplazamiento...
  • Los cazadores parece que solo sabemos hablar de una cosa, y cuando "cogemos carrete" no hay quien nos pare...


En mi caso, y aunque seguramente me lo han podido leer en la cara, guardaré siempre en mi recuerdo el día que Cecilia me acompañó a cazar zorzales, o el día que Inés y yo nos pegamos una pateada tremenda para cazar un par de perdices.  O el compartir la emoción montera y la belleza del lance con mi mujer, Carmen.
También he podido compartir ratos, casi como espectador, con amigos y sus hijos, Javier y su rayón, que apunta maneras, Raul y su rayon y su hija.  Ambos, como reza la tradición, enseñando sin dar lecciones, dando importancia a lo importante y enseñando a amar a la naturaleza en una de sus formas mas ancestrales, la caza.

Cada mañana de caza implica madrugón importante.  Todas y cada una de las veces, Carmen, se levanta para tomarse un café conmigo y desearme suerte.  Antes de salir, y cual Oráculo, siempre me giro, la miro y le pregunto, ¿qué voy a cazar hoy?  Sonríe y me dice, hoy va a ir bien (cuando solo sonríe, malo....).  Y siempre acierta.

A veces he llegado tarde porque la jornada se ha alargado, o la carretera estaba mal...  Y ellas, las cuatro, mis cuatro mujeres, estaban ahí, esperando a que llegase para hacer algo juntos.  En alguna ocasión me han recriminado llegar tarde: "papá, ¡nos has dejado solas!"

Agradezco el esfuerzo que supone cada día de caza y que no seria posible si cada una, en su medida, no hiciese lo posible para que yo pueda disfrutar de mi pasión.

Desde aquí, un Gracias tremendo...



lunes, 22 de febrero de 2016

Una montería bien planteada, broche de oro para la temporada 2015 2016

Este fin de semana, y gracias a la gestión del gran Raul Blazquez, mi amigo Ian y yo, tuvimos la oportunidad de cazar en Ramacastañas, provincia de Ávila.  Se da la peculiar circunstancia de ser zona limítrofe entre las dos Castillas y tener unas lindes cuando menos, creativas.  Según me cuenta mi amigo Jaime, vecino de la zona, se trata de razones históricas las que dibujaron tan caprichosas lindes.

La montería estaba organizada por Javi Pelillo, orgánica desconocida para mí, aunque fraguándose un nombre de jornadas honestas a buen precio.  
Estábamos citados a las 09.00 el sábado en el bar Martina en el pueblo antes citado.  Día precioso, cielo azul, temperatura rondando los 5º.  Nada más llegar, abrazos de rigor con el buen amigo Raul que estaba magníficamente acompañado de su hija mayor y Pablo Arjona, también estupendamente acompañado.

Nada más apuntarnos y abonar el derecho a la jornada en cuestión, pasamos a degustar el desayuno... plato de plástico, de pie y café duro... pero caliente...

La casualidad más sorprendente de mundo es cuando de pronto alguien me toca en el hombro y al girarme, me encuentro de cara con Don  Jaime Fernandez, cazador elegante, tradicional y secretario del ilustre Real Club De Monteros. Cuando decimos que "de casta le viene al galgo", Don Jaime tiene impregnado en sus genes la herencia de ser nieto del legendario Don Jaime de Foxá, una de las grandes figuras venatorias que ha dado esta nuestra "piel de toro".  Casualmente, caza un terreno colindante a la mancha en cuestión, y como mandan los cánones, se ha coordinado con la orgánica para que todos disfrutemos del mejor día de caza que este campo Castellano pueda ofrecernos.

Charla mañanera mientras esperamos la suerte del puesto.  Raul y yo hemos sacado de paseo los Winchester BigBore 375 de los que ambos somos propietarios.  Armas bonitas, históricas, pero muy específicas para disparo en corto... veremos si salen de "paseo" o se quedan al calor de la funda...

Previo al sorteo, Javi Pelillo nos da las indicaciones de rigor, y añade explicación de cómo es la mancha a cazar y como se distribuirán los perros y de qué manera cazarán.  Soberbia explicación y poco habitual, que ya da buenas pistas de lo bien planificada que está la jornada. Llega la suerte del sorteo y nos vamos repartiendo por las armadas.  A Ian y a mí nos ha caído en suerte el puesto 2 de la armada "los Chopos".... Una realizada la travesía en coche hasta la armada, disfrutamos de un paseo en medio de la mancha mientras se van colocando los puestos, todos con tiraderos muy cerrados.  Monte muy sucio con mucha chaparra salteada, riachuelos de agua y charcas aquí y allá.  Terreno perfecto para nuestro contrincante, el "sus scorfa" (jabalí).
La procesión, encabezada por el postor, hombre amable y conocedor de la zona es completada por dos miembros de "sangre montera" que, cámara en mano, buscan el puesto donde acompañar y grabar la jornada.
Después de pasar muchas posturas francamente cerradas, subimos un repecho y llegamos al puesto número 2.  Parece que mágicamente, el bosque se ha abierto formando un claro de unos 200 metros de largo por 50 de ancho.  El claro esta cubierto de un césped verde rabioso casi más propio de un hoyo de golf que de un claro en el campo Castellano.  El verde es cortado por un riachuelo que atraviesa el claro. El riachuelo produce un hipnótico gorgoriteo de agua que fluye incesante...  Aunque los jabalíes no son amigos de atravesar claros tan abiertos, el puesto nos hace sentir parte de una paisaje digno de un cuadro.  Importante destacar el cuidado con el que se han colocado los puestos, todos seguros con posibilidad de disparar en 360º.  

Oímos la suelta de las rehalas a lo lejos... y pasan los minutos... y seguimos oyendo los perros a lo lejos, acercándose despacio... pasan una pareja de horas...  y los perros parecen casi estáticos...  Reviso una y otra vez mi Winchester Modelo 70 pre 64 en 300 Winchester Magnum.  
Llevo los aumentos en 2,5 ya que con un monte tan sucio, necesito amplitud de campo de visión.  No esperaba yo a ningún macareno regalándome una carrera en el abierto.  

 (La postura y tiradero de izquierda a derecha)


En la recámara, cargo 4 Norma TipStrike en 170 grains de punta anaranjada.  La munición es soberbia en su presentación: la caja trae una pequeña tabla balística (que ojala otras marcas también llevasen) impresa.  Los portabalas están inteligentemente diseñados y tienen un encaje y tacto perfectos.  Los casquillos brillan y la bala es copada por una punta roja anaranjada; tienen un acabado que transmite una altísima calidad y cuidado en la fabricación.

 (Las Norma, joyas letales)

(En la recámara)

El lance
Oímos una ladra potente acercase... bastón en mano, apoyo mi rifle... y de manera inesperada y sorpresiva, salta el jabalí al abierto donde menos lo esperábamos.... Corre desbocado por en medio del claro, perseguido por varios perros a unos 20 metros...  Nos separan unos 120 o 130 metros del animal; su carrera es no será larga porque busca el sucio al otro lado del claro... calculo unos 50 metros de  carrera, de los que yo solo veo unos 40.... Lo encajo en el visor... en mi cabeza se suceden cálculos mentales a gran velocidad... debe llegar a una zona donde me sienta cómodo con el disparo, se entierre la bala... adelanto un metro al animal y lo acompaño hasta que llega a la "kill zone" (que dicen los anglosajones), efectúo el disparo que me resulta suave, y encerrojo el rifle de nuevo preparado para un posible segundo disparo... pero el disparo ha hecho blanco en el animal haciendo que este de un gran volatín... inmediatamente es alcanzado por varios perros que aceleran el desenlace en segundos... hay agarre, pero el animal esta ya inerte.
Pasados los segundos necesarios para salir del autocontrol, mi alegría explota y se deja ver en una sonrisa de esas que salen de dentro... Llega el rehalero y constata la muerte del animal, alejando a la rehala que sigue "trabada" en el animal.
El lance ha sido extraordinario y estoy feliz por haber puesto en práctica ese ritual que uno debe seguir en lances "largos", dejar cumplir al animal, acompañarlo en el visor, adelantarlo, esperar la "ventana de disparo" perfecto... estar templado, no dudar y disparar...

Pasan las horas y veo como los rehaleros van cazando despacio, controlando a los perros.  Pocas veces he podido ver un trabajo tan bien realizado.  Muchas veces los perros se descontrolan o no son todo lo buenos que cabría esperar... estos, han sacado lo que buenamente ha sido posible en un monte con tanto escondite....

La montería llega a su fin y nos acercamos a ver al animal abatido en compañía del postor.  Es una hembra "colmilluda", grande, de unos 95 kilos.  El disparo la ha atravesado  y está centrado en el costillar, unos 15 centímetros por detrás del "codillo"...  Acercamos el animal al camino para ser recogido y emprendemos la procesión hasta los coches... vamos escuchando las historias de unos y otros... desde el habitual "no he visto nada" al, me ha pasado volando...
Al juntarnos en la plaza del pueblo, e intercambiar impresiones, Raul me obsequia con un abrazo sincero, de amigo que se alegra por la suerte del amigo.  Gesto que corrobora la opinión que tengo de él, un gran cazador y mejor persona aun.  Pablo ha tenido la oportunidad de disparar sobre un navajero pero parece que se ha marchado para ser abatido por una postura más arriba.  Sin querer discutirlo, se ha quedado con el mal sabor de boca de pensar que la primera sangre había sido suya... la caza es muchas veces así...
Finaliza la comida cerramos la temporada y nos despedimos fundiéndonos en abrazos de sincera amistad.

(con Raul Blazquez, co autor de Esencia Montera)

Broche de oro para una temporada con luces y sombras.  A bote pronto, me quedo con los recuerdos de los parajes preciosos que he podido disfrutar y compartir con grandes amigos.  Me quedo con las luces de lances maravillosos y animales que viven en mi recuerdo para siempre.

martes, 9 de febrero de 2016

Ganas de probar Norma!

Llevo unos días leyendo y empapándome de la munición Norma, concretamente del modelo "tipstrike".

Norma es una marca ya legendaria y con reconocido prestigio.  La TipStrike promete "one shot, one kill" o "Instant STOP", con punta de polímero, gran deformación y resultados "finales".

Realmente, veremos la experiencia de cada uno, pero eso es exactamente lo que cualquier cazador busca en la munición.  Precisión y que la munición, corrija (en la medida de lo posible) la imprecisión del disparo.  Si un disparo "trasero" se convierte en que el animal quede inmóvil, el remate será rápido y el sufrimiento será breve.

El 20 de febrero espero ponerlas a prueba.




Monteria en febrero.... seamos responsables

Breve nota...
El otro día, un buen amigo me relataba una montería en la que se habían abatido gran cantidad de jabalíes, y no era particularmente cara...  suena bien, no? bueno, Bonito y Barato...

Lo malo, se mataron mucho bermejo, y mucha hembra preñada... prácticamente ningún macareno con boca "dentuda"...

Alguno culpará la orgánica, que quizás pudo dar esa mancha en noviembre o diciembre.  Pero realmente, aquí lo que fallan son los "cazadores".  Siento ser así de directo, pero aun entendiendo que en "calor" del lance, no es fácil determinar si es cochina o cochino, y desde luego tampoco es fácil ver si esta preñada...  Lo de los bermejos suele ser ganas descontroladas... El visor puede tener aumentos, pero de ahí, a apretar el gatillo... pasan o deberian pasar muchas cosas por la cabeza del cazador.

En general, y salvo en ocasiones donde se instruye a los cazadores en tirar determinadas crías de manera selectiva, lo suyo es dejar pasar a los "pequeñines".  Este tipo de prácticas, son dañinas para la zona de caza, y desde luego, hablan mal de los cazadores.






miércoles, 3 de febrero de 2016

Cronica de una monteria enturbiada por una mala gestión de el avance de las rehalas

Este sábado pasado, nos fuimos mi amigo Ian y yo a compartir puesto en una montería que prometía grandes sensaciones.  La montería se daba en Cuenca, concretamente en Carboneras de Guadazaon, zona preciosa a rabiar y muy cochinera.
La orgánica (nueva para mi) se llama Grupo deportivo de caza Nature.  A priori la organización era buena, aunque fue chocante que no hubiera desayuno incluido en la jornada... es la segunda vez que me pasa, y la verdad, no me gusta este detalle.
Citados a las nueve, el sorteo no comenzó hasta las 10 casi 30.  Al llegar, me apunte en la junta, y me incluyeron en un listado.
Aquí voy a hacer un punto y aparte, el local de la junta era un Hostal llamado Cabañas.  El sitio es correcto en cuanto a instalaciones, pero me gustaría comentar el trato distante, frío y displicente.  Primero de la chica que estaba detrás de la barra y depues de otra persona que acudió en su "ayuda".  Pedías un café y no te contestaban, preguntado que se puede comer, te señalaban a un cartel, sin mediar palabra.  Pedías la comida y tampoco te contestaban.  Tampoco pido simpatía a raudales, pero displicencia.... Tendrían un mal día...

SE sorteaba por armadas, y llego el final del sorteo y no me habían llamado, al parecer yo debiera haber rellenado un papel con mi nombre.  O no me entere, o no me lo dijeron... el caso es que Alex, la persona con la que trate a lo largo de los eventos mañaneros, estuvo correctisimo y soluciono la situación sin problema.  Había dos puestos libres y me dio la opción de ocupar o el uno, o el otro.

Después de cierto desorden para subir en los coches (la pista no era apta para todos los vehículos) salimos a eso de las 11.10.

Fuimos dejando monteros en cada puesto hasta llegar al nuestro.  El puesto era literalmente de ensueño.  Testero de 360 grados, pinares mezclados con espacios abiertos.

Colocados a las 11.30 aproximadamente.  El suelo del puesto estaba literalmente arrasado por los jabalíes, decenas de huellas de pisadas y de hocicos en busca de alimento.  El pronostico no podía ser mejor.

Segundo hecho desconcertante, oímos motores y vehículos acercándose.  A pesar de ser uno de los cierres, son las rehalas que pasan por la pista por donde hemos venido.  Son las 12.00... quizás no hay mas acceso, pero se hace extraño.

Oímos ladras hacia las 12.30, y la voz de un rehalero a lo lejos.  Vemos un perro.  No hay movimiento...  Pasan las horas y oímos tiros a lo lejos, ni sombra de los perros... Pasan las horas... son casi las 4, oigo un disparo en el puesto vecino... observo la zona y veo al desgraciado de mi vecino en medio del pinar, se habrá movido unos 150 metros y va a rematar lo que sea que ha disparado (con rifle por cierto).  Segunda detonación... y vuelve al paso a su puesto.

No consigo entender porque quedan insensatos que hacen este tipo de acciones peligrosismas para ellos y para todos.  Si vas a entrar en la mancha y dejar el puesto, al menos avisa...  en fin....

A las 5, aparece un coche de varios puestos mas arriba.  Para y dice que se va, que no hay nada ya que hacer, que quiere comer e irse a Madrid...  le respondo, que no le ha recogido el postor ni han vuelto los perros.  Respuesta: "¿ah no?" y se va.

Al poco rato vemos 3 perros, sin ladridos, perdidos... rondan el pinar...  a las 5.30 aproximadamente, vuelve el postor, pregunta si hemos visto algo, le respondemos que nada.  Le pregunto por los perros y responde que los rehaleros han perdido las rehalas y que no ha vuelto, que no han batido la mitad de la mancha...  De vuelta ya, nos topamos con varias rehalas y rehaleros que están volviendo... que desastre...

En fin, puesto de ensueño, organización amable, resolutiva y honesta, buen monte, gestión de rehalas, desastrosa.

La alfombra tenia bastante guarro, al parecer todos abatidos en una parte concreta de la mancha, el resto de la montería ni vio, ni disparo...

Veremos...