Este sabado, temprano, tempranito, me ponia rumbo al parque nacional de Monfragüe, concretamente al pueblo de Grimaldo.
Dia precioso, temperaturas bajas, escarcha helada en los campos, carretera limpia...
Al llegar, me encontre con la tropa habitual con la que cazo varias veces, Enrique con su hijo Mario de 13 años, el "Doctor" y Raul.
En el punto de encuentro, todo va francamente deprisa, hasta el punto de que no hay desayuno organizado, y cada uno ha de velar por su "pitanza"... Inusual, pero a las 10.00 estan saliendo las armadas....
Me toca la armada de "Gaporal", en el mapa parece una traviesa... Parte mi armada.... comenzamos a subir por pistas escarpadas de piedra suelta, parecido a la mica... se ven muchas gateras y pasos...
El puesto efectivamente se situa en un camino muy ancho, unos 30 metros, perpendicular a la pendiente y con desniveles...
Al poco de colocarme, en un camino mas abajo, veo el primer macareno, tranquilo en medio del camino... apunto, pero no llevo la bara, unos 130 metros en cuesta abajo... disparo.... alto y a la izquierda.... mucha tecnica, y al final he apuntado un pelin alto!
El puesto es sombra, no hay practicamente viento, puesto perfecto... Al poco rato, se descuelga un cochino cruzando a gran velocidad el camino, disparo, pero quizas demasiado trasero... veremos despues...
Se acercan los perros, siento un movimiento cada vez mas cercano a mis espaldas. El bosque bajo es muy espeso y no se ve nada, me preparo, lo tengo encima!.... se para... silencio absoluto... pasan los minutos que parecen horas... nada... Pasan dos zorros despistados...
Al rato una cierva a gran velocidad, la dejo pasar...
De pronto oigo movimiento, perros ladrando... me preparo... veo perfectamente la silueta del macareno, media talla tirando a grande... no puedo disparar, va seguido de perros, esta en medio de la espsura y no veo donde terminaria la bala... los perros le dan alcance... se oyen gruñidos... lo han agarrado... monte abajo, esta el capitan de la monteria, que en esta ocasion ejercia practicamente de director de orquesta...
Siguiendo la norma esencial, no me muevo del puesto aunque oigo a escasos 20 metros monte arriba el tremendo agarre y la lucha de los animales... el Capitan grita: "Montero!, a cuchillo!!!!"... sin dudarlo, dejo el rifle en el suelo, agarro mi "Muela de remate" y salgo a la carrera monte arriba... a las 5 zancadas, veo perfectamente el panorama... 12 o 14 perros tienen inmobilizado al macareno que no muestra heridas ni sangre... desenfundo el cuchillo, me hago mi sitio entre la rehala, piso justo detrás de la oreja al macareno... los perros me miran como invitandome a terminar con la lucha que ellos no pueden terminar... cuchillada en el "morrillo", profundo tajo del que mana el alma caliente del animal... chillido sobrecogedor del animal herido de muerte... saca fuerzas de donde no las hay y se lanza por un pequeño barranco... los perros, agarrados, no sueltan y van con el... y yo, cuchillo en mano, salto detrás sin pensar... me hago sitio de nuevo, de nuevo estocada profunda, certera... todo termina... el animal exala de manera inmediata... y se hace el silencio.. viscoso, denso, caliente... rojo...
Vuelvo jadeando al puesto... temblor de manos, sensacion de ¿qué ha pasado?... Es una sensación distinta.. fria, institiva, cercana, de igual a igual...
Al poco, veo que los perros agarran la cochina que efectivamente habia pinchado...
Poco después, aparece de nuevo el maese y esta vez, encaro y disparo... salta a un lado... cerrojazo y disparo de nuevo... salta de nuevo... parece que maese ha tenido suerte y se escapa por la espesura...
Termina la jornada, no sin otro cochino que salta la jara y se va tranquilo para vivir otro dia...
Nos reunimos Enrique, Mario, Raul y el Doctor... Nadie ha tirado salvo Raul que ha disparado hasta en 7 ocasiones a una cochina de buen porte... tamaño "ford focus"... que finalmente ha podido abatir.
Un dia perfecto, con un lance inolvidable... Por la noche, hablaba con mi amigo Ivan, cazador y rehalero.. y me preguntaba... se te han puesto de corbata? Le confesé que en el momento, no... pero después... después si... fue completamente instintivo... habia rematado varias veces, pero entrar al agarre con el animal no tocado y completamente entero, nunca... Me alegro de haber dado final rápido, honesto y honorable a un animal luchador, inteligente, fuerte y de potencia incomparable como es nuestro jabalí...
Ahi queda eso...
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