martes, 10 de octubre de 2017

El arte de la rehala

La rehala es tan buena como sus perros estén combinados en su exacta medida y su perrero la gobierne y la dirija con orden y buen criterio.

Frase sencilla pero que entraña un verdadero arte y toda una ciencia.

Tengo que reconocer mi profunda admiración por los relaheros de vocación, por los que buscan de forma incansable la perfecta combinación de perros tenaces, de perros de agarre, potentes pero con fondo, con capacidad de perseguir y no perder un rastro.
El rehalero (que realmente es el patrono/propietario de la rehala) busca la calidad en sus perros, busca su bienestar aunque es importante señalar que los perros de rehala se les debe denominar perros de trabajo y por tanto ese bienestar a veces se discute con los "animalistas" esos que consideran tratar bien a humanizar al perro. Debate profundamente ácido en el que "vestir" de persona a un perro, darle de comer todo tipo de "caprichos" nos parece cuidar al animal cuando realmente es lo contrario.  El fondo del debate seguramente parte de la acción de "amar al animal" y hay quien confunde amar con humanizar y ese, sin duda, es el peor de los maltratos hacia el animal.

Si de amor al animal hablamos, os puedo asegurar que he visto en casi todas las monterías como después de una jornada larga y dura son los perreros los que no descansan y desandan el camino en busca de su último perro.  No se cierra el carro hasta que no ha subido el último can.  He visto en varias ocasiones al perrero cargar con el perro herido o exhausto en sus brazos durante kilómetros monte a través, salvar la vida del animal con el vientre abierto...  Si esto no es amor y reconocimiento... que alguien me lo explique.

Hablamos de seleccionar bien los animales y de combinarlos en su justa medida.  Como si de un plato de gourmet se tratase, hace falta la combinación perfecta entre perros de agarre, que tengan potencia pero que no se desmadren ni agoten a la quinta carrera.  Hacen falta perros de rastro, perros que detecten a la res y la sigan sin perderla y a la vez, jaleen al resto de la rehala para que les sigan y acompañen en busca de la res.

Y luego está el "comandante" de la rehala, el perrero.  Aparte de un gran fondo físico y un coraje fuera de lo normal, sabe de caza, reconoce el terreno, entiende el campo...  y gobierna a sus perros, saber dejarlos correr o recogerlos cuando sea necesario, dirigirlos hacia una zona sucia y hacerlos peinar la zona sin descanso o dejarlos correr en busca de rastro sin mas.  Conoce a sus perros, sus tiempos y estar atento a su necesidades.
Este "comandante" digno de los famosos tercios de otros tiempos, muchas veces  se convierte en el actor principal de la obra, animando y empujando las rehalas, moviendo el campo, rematando la res, el lance final.

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