lunes, 30 de mayo de 2016

A la caza del "duende"

Sábado, 06.45 de la mañana, punto de encuentro con mi amigo en la plaza del pueblo.  La claridad del día irrumpe y está comenzando a clarear.  Puntuales a la cita, metemos todos los aperos en un coche para hacer el menor ruido posible.  Después de unos minutos, estamos transitando por un camino entre siembras con una ladera verde rabiosa frente a nosotros.
Al bajar del coche la estampa es idílica, un frescor que hace sentir el aire en los pulmones, algún canturreo aislado de algún tordo madrugador y verde, mucho verde.  Siembras bastante crecidas por las incesantes lluvias, monte bajo y alguna encina salpican el paisaje.

En riguroso silencio, cargamos ligero mi equipo:

  • Prismáticos: Delta Optical Titanium de 10 aumentos con campana de 56.  A mi juicio su relación calidad - precio es sorprendente. Escribiré entrada específica.
  • Rifle y calibre: Winchester Modelo 70 en 300 Winchester Magnum.
  • Munición: Norma Tip Strike con punta de plástico en 170 grains.  La verdad es que funcionan fenomenal y mis pruebas tanto en montería como en rececho han resultado "definitivas".
  • Visor: Kahles Helia 5 en 2,4-12 x 56.  Una joya, realmente una joya.  De una nitidez casi irreal, destilan altísima calidad por los cuatro costados.  Los llevaba montados sobre unas monturas Warne fijas.
  • Vara para apoyar


 Ajustando el visor con las monturas fijas.


En cuanto a ropa, elijo un "soft shell" para frenar la suave brisa que peina los arboles, pero que estando quieto y a estas horas, te deja helado.

Caminamos en silencio unos minutos escuchando alguna ladra de corzo, cosa que dibuja una sonrisa en mi cara.  Nos situamos al borde de una siembra, justo en un terrraplen ascendente que sirve de perfecta cobertura para no estar tan expuestos.

Escudriñamos los bordes "sucios" de la siembra prismático en mano... Mi acompañante, conocedor de la zona, me señala un borde de la siembra que aunque está muy alta, al enfocarlo detenidamente, veo un "lomo" que a un no conocedor de la zona o sus querencias, le habría pasado desapercibido...  La distancia roza los 250 metros.  El duende es un animal temeroso, pero con el viento a favor, sin hacer ruido, y a estas horas, seguramente nos permitirá acercarnos unos metros.

Me adentro en la siembra agachado, rifle en mano, camino despacio, en silencio absoluto, sintiendo cada roce de la hierba en mis piernas... Cada 20 pasos me detengo y rodilla en tierra, oteo la zona para revisar que no ha habido cambios..  El ritual se repite varias veces y comienzo a notar el latido de la tensión previa al lance.  Esa emoción inexplicable imposible de expresar con  palabras.  Finalmente y ya bastante cerca, quizás 70 metros, veo que el corzo a levantado su cabeza y quedo inmóvil, de piedra, casi sin respirar...  Está fuera de la siembra, justo en una zona plana pero no sembrada.  El macho mira en mi dirección...  Segundos interminables hasta que veo que vuelve a bajar la cabeza....

Encaro mi rifle rodilla en tierra, y quito el seguro, 6 aumentos, veo perfectamente el lomo del animal asomar sobre la hierba... espero unos segundos que se hacen interminables... Dos torcaces rompen la paz del instante, saliendo de una encina a medio monte, con bastante escandalera.  El "duende" se sobresalta y levanta la cabeza... la cruz de mi visor se sitúa a escasos centímetros por encima del borde de la hierba, centrada en el codillo... sin pensarlo demasiado, y entornando mi ojo derecho aprieto progresivamente el gatillo y como si se tratase de un trueno del averno, el disparo fulmina al animal, que cae sin sobresalto en el mismo sitio.  Me levanto como un resorte, con una sonrisa de oreja a oreja y miro hace mi amigo, que levanta las dos manos en señal de victoria.  Me doy  cuenta que está bastante lejos y espero a que se acerque a mi improvisada postura.
Al llegar a mi altura me dice: Precioso lance! ahora bien, casi te acercas hasta acariciarlo!  No era consciente de haberme acercado tanto hasta este momento.
Comenzamos a andar hacia el animal y al llegar observamos que ha quedado tendido sobre su lado izquierdo y que el disparo ha sido fulminante.  Se trata de un macho que aunque un pelín joven, ya luce una preciosa y simétrica armadura.



Aunque se le ve sano y luce un pelaje uniforme y precioso, mi amigo me comenta que se ha dado algún caso de "gusano", así que siguiendo su consejo, lo dejamos para revisar por el veterinario para ver si podemos aprovechar la carne.

Un lance inolvidable en una mañana de ensueño.


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